
Zoolander 2 llegó se estrenó días atrás, esta parodia del mundo de la moda está protagonizada de nuevo por Ben Stiller y Owen Wilson, donde no falta la emblemática “mirada de acero azul”, la artificial pose de atractivo y seducción de los modelos.
Esta segunda parte, llega 15 años después de esa comedia de culto que en el momento de su estreno no fue un especial éxito de taquilla. Solo unos 60,7 millones de dólares.
Zoolander 2 cuenta con atractivas participaciones de famosos (Justin Beaber, Maddona, la cantante pop Katie Perry), también con Penélope Cruz en uno de los principales papeles femeninos. Pero estas presencias estelares no alcanzaron para ayudar a un pobre argumento.
Es conocido que el actor Ben Stiller se negó numerosas veces a realizar la continuación de la película del año 2001, en diversas oportunidades había manifestado que sentía que el personaje no daba para construir una saga o no encontraba la historia adecuada.
Sin embargo, la demanda del público y en especial la del estudio Paramount fue más fuerte y el artista finalmente aceptó hacer esta película doblando los presupuestos que la primera y modesta parte no habría conseguido.
Stiller se puso otra vez en la piel del personaje y dirigió la continuación pero su corazón, no estuvo puesto en el film y esto se nota.
Derek Zoolander es un personaje que 16 años atrás supo cautivar y su regreso al cine tenía que haber estado respaldado por un argumento que justificara la continuación. Especialmente por la brecha de tiempo que hubo entre la nueva entrega y el film original.
La química de Stiller y Owen Wilson sigue intacta pero acá no fluye como en otros proyectos que compartieron en el pasado porque el argumento es malo y débil.
Todo el conflicto del intento de Zoolander por reconectarse con su hijo resultó pobre y la comedia básicamente está construida en base a los cameos de numerosas celebridades.
En un principio resultan simpáticos pero después terminan por cansar y generan una distracción del argumento central.
Si bien existen escenas divertidas que logran hacer reír, estos son los menos dentro de un film que dura 102 minutos y se hace demasiado largo.
Ben Stiller le puso tan pocas ganas a este proyecto que inclusive descuidó los aspectos visuales del film. Las escenas donde se utilizaron efectos digitales son realmente penosas y se muestran desprolijas.
De esta manera podemos decir que, Zoolander 2 no es una película extremadamente mala, tiene sus atractivos, pero resulta una enorme decepción por todos los artistas que estuvieron involucrados.